Gestión de sistemas de negocios, falsa empresa que sigue estafando.
Al llegar, me sacó de onda que me pasan a un salón en el que ya había más personas, unas 70 personas aprox, la mayoría jóvenes que no pasaban de 25 años. Yo no entendía nada. A los pocos minutos entra un sujeto que se identificó como Fabián Hernández, con la típica facha de ejecutivo wannabe (traje de aldo conti al 2x1 de la plaza, zapatos negros sin bolear, calcetas blancas, llavero con emblema de ferrari por fuera de la bolsa del pantalón, peinado hacia atrás con dos kilos de gel, y oliendo a perfume vetiver imitación), y hablando en voz alta, casi gritando.
En su explicación (esto definitivamente ya NO era una entrevista laboral) dijo que estaría descartando personas de ese salón argumentando que con sólo verlas podía saber si éramos aptos o no para el supuesto empleo que ofrecía. Explicó que si queríamos ir al baño sólo sería de uno en uno, y que a partir de ese momento nadie podía hablar con nadie.
El primer engaño fue cuando empezó diciendo que la "empresa" no se dedicaba a las ventas, y que no venderán nada ya que las vacantes que están solicitando son para atender líneas telefónicas, para el área de Recepción, el área de archivo, la captura de datos y el área de entrevistas.
Después, este sujeto, en su mismo tono arrogante y gritón, explica también que los empleos son de 6 horas diarias de lunes a viernes, con salarios semanales de $1,200 y $1500, dependiendo del puesto, y el horario era a elegir era de 9 a.m. a 3 p.m.; de 10 a.m. a 4 p.m.; de 12 a 6 p.m.; y de 2 a 8 p.m., aclarándoles a los aspirantes que si estaban interesados tendrían que asistir a una única capacitación de lunes al viernes de 9 a.m. a 3 p.m. y tenían que calificar (pasar un «examen»), presentar 2 fotos tamaño infantil (una para el expediente y la otra para una credencial con la cual les iban a pagar semana por semana), copia de la credencial de elector, la CURP, un currículum, así como pagar 150 pesos para cubrir el costo de la credencial.
En mi desesperación por ya tener trabajo, pedí prestados 150 pesos para cubrir el costo de la supuesta credencial y llevé los documentos solicitados a la capacitación a la que asistieron unas 40 personas.
En esta supuesta capacitación, además de quien dice llamarse Fabián Hernández, también interviene un individuo que es conocido como José Lino, quien nos advirtió que iban a sacar a más personas por falta ganas y de compromiso, mientras que a quienes no habían llevado todos los requisitos, tenían oportunidad de llevarlos el día siguiente y que si le echaban ganas algunos estarían firmando contrato en los próximos días.
José Lino también les pidió a las personas que fueran «sacadas» del proceso de selección, tuvieran madurez para retirarse sin hacer nada y sin esperar a los demás para ver qué les habían dicho y que al salir no tenían que platicar con nadie de ahí y mucho menos pedir teléfonos ni cualquier otro dato que porque no se conocen entre ellos, por lo cual no tienen nada que comunicarse.
También nos aclaró que podían ir al baño, pero de uno en uno, lo que evidentemente José Lino pretendía era que no quería que hubiera comunicación entre los aspirantes. Al finalizar la «sesión», nos pasaron una hoja que según era un examen en donde teníamos que poner nombre, dirección, teléfono, horario que nos gustaría trabajar, si estaba un amigo o pareja también como aspirante. El documento también incluye preguntas como para qué quieres trabajar, en qué cambiaría el trabajo en tu vida diaria, en tus valores, en tu familia, entre otras.
Al día siguiente de la supuesta «capacitación» sólo se presentaron alrededor de 20 personas y nuevamente comenzaron con una «estrategia» de agresividad hacia los aspirantes, a quienes nos denostaban diciéndonos «bueyes», pendej@s y que no tenían metas en la vida y que si un familiar, el vecino o el amigo les decía que ese trabajo no es real o que es engaño, que no les hagan caso, que son gente negativa.
Al final del segundo día de la capacitación, los «ejecutivos» de la empresa nos mostraron unos perfumes clonados denominados «Perfumes Dinamon» y a cada aspirante nos pusieron en la mesa dos perfumes. Nos explicaron que el giro de la empresa era vender perfumes, que no se los vendían a nadie ajeno a la empresa y que de acuerdo a un estudio de mercado los perfumes tienen un costo de $600, pero que si ellos los compraban, se los dejaban en $300, y que para obtener el trabajo teníamos que pasar una última prueba, la cual consistía en vender 30 perfumes, pero que al día siguiente nos explicarían ese proceso.
Ya para terminar la «sesión de capacitación», nos dijeron que al salir nos entregarían la calificación y que no la viéramos hasta llegar a casa y que no teníamos por qué estar preguntando a los aspirantes que si habían pasado y que si nos veían haciendo eso o revisando la calificación, a la siguiente sesión nos iban a dar las «gracias». Aparte nos dijeron que para calificar, los «empleadores» debían asignarte una calificación mínima del 85%.
Al tercer día de la «capacitación» sólo nos presentamos 15 personas, quienes pasamos a leer unos textos, los «capacitadores» nos decían que no sabíamos ni leer, que no sabíamos nada, que eramos unos mediocres sin metas ni aspiraciones.
Al cuarto día de la supuesta «capacitación», nos entregaron 4 muestras del perfume «pirata» y nos dijeron que teníamos que vender 5 perfumes en $600 pesos cada uno para poder ingresar a la empresa, que teníamos hasta el día siguiente para pagarlos y después entregarles los perfumes en la empresa y teníamos que pedir el catálogo de los perfumes que vende la empresa por Whatsapp.
Al siguiente día, entregué los 3,000 pesos de los perfumes, me los entregan, sin embargo, finalmente me dicen que no había calificado para el trabajo ya que eran ciertas vacantes y que ya estaban cubiertas. En ese mismo momento, le reclamé y le pedí mi dinero de regreso, el de los perfumes, y los 150 pesos de la supuesta credencial que nunca me dieron y el regreso de toda la documentación y las fotografías que había entregado previamente.
Mi hermano que es abogado me acompañó a la oficina de «Gestión en Sistemas Empresariales», y nunca se pudo hablar con Fabián Hernández ni con José Lino, bajo el argumento de que «no se encontraban en la oficina».
Las recepcionistas de dicha «empresa» justificaron que si no fui contratado es porque no pasé las «pruebas», además de que los perfumes que recibí fue porque yo estuve de acuerdo, ¡canallas!
Al salir del edificio, nos topamos con otra joven que iba a dicha oficina por sus $150 y sus fotos, pero finalmente sólo le entregaron las fotografías, más no así el dinero ni los demás documentos.
Otra muchacha nos confesó que a ella ya le habían informado que estaba dentro de la empresa, que se fuera a su casa y que ellos se comunicaban con ella, lo que nunca sucedió. Inútilmente trató de comunicarse con los «ejecutivos» de la supuesta empresa. Finalmente le marcó directamente a Fabián Hernández, quien le dijo que por lo del Covid y la pandemia tenían que suspender algunas actividades, que él se comunicaba después, lo cual tampoco sucedió.
Alerto atentamente a la sociedad culiacanense y a las cientas de personas víctimas de esta «empresa» a organizarse y a denunciar ante las autoridades todos los casos de estafa que han sido víctimas a través del engaño para obtener dinero, delito en el que están involucradas otras personas empleadas de dicha empresa que han sido identificadas como Octavio de la O., Rubí, Ximena Bueno, entre otros.
Ni modo yo caí, espero que no caigan los demás.
También sé que a cada rato cambian de razón social pero en Monterrey siguen estando en la misma dirección la cual es Emilio Carranza 417, centro de Monterrey.
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