Los cínicos Time-Shares (tiempos compartidos) de Costa Rica
Heredia, 20 de Setiembre del 2001
Sres:
Cámara Costarricense de Consumidores y Usuarios
Estimados Señores:
Me dirijo a ustedes con todo respeto para relatarles una situación
que, sin duda, va en detrimento del consumidor costarricense.
Como es de su conocimiento, hoy día está muy de moda la venta de planes vacacionales por parte de diversos hoteles del país. El "modus operandi" de estos hoteles es el siguiente:
Primero, las promotoras lo contactan a usted en un centro comercial o incluso
en la calle y le solicitan datos personales para "participar en una rifa
que tiene como premio un viaje o un fin de semana en el hotel tal." Unos
días o meses después, la víctima recibe una llamada telefónica
en la que una señorita o un caballero, muy amable y diplomático,
le dice que ha salido favorecido en una rifa de un fin de semana en el hotel
tal y que puede pasar a retirar su "cortesía" en las oficinas
tales. La única condición es que usted escuche una explicación
- en teoría de 20 minutos de duración, gran falacia porque generalmente
se prolonga por dos horas- sobre los planes vacacionales que ellos ofrecen,
"sin ningún compromiso" - y de paso, tiene que llevar su
tarjeta de crédito para que le entreguen la "cortesía".
Yo considero que el hecho de ir
a una oficina a retirar un premio que usted "supuestamente" se ha
ganado no indica que usted es un muerto de hambre que no puede ir a pasar
un fin de semana de vacaciones a un hotel, simplemente indica que usted desea
aprovechar la oportunidad de hacer uso de su "premio" como cualquier
persona normal lo haría.
El vía crucis empieza cuando, después de rechazar amablemente la invitación telefónica unas 20 veces, usted finalmente accede a asistir a la reunión y se presenta a las oficinas que el hotel X ha designado para darle la explicación "sin ningún compromiso".
Después de presentar su tarjeta de crédito, usted es dirigido a una mesa donde una persona muy amable trata de convencerle de las virtudes de los planes vacacionales que ofrece el hotel. Los números son manejados con suma habilidad, y la pregunta ¿qué le va pareciendo hasta ahora este magnífico plan? Se repite cada 5 minutos. Al cierre, se le presenta un precio ridículamente elevado para el plan vacacional y se le pregunta ¿qué parte del precio encuentra usted más difícil, la prima o las mensualidades? - como si usted ya fuera a comprar y solamente estuviera finiquitando detalles. Cuando usted dice, por supuesto, que la prima (porque es absurda) entonces se le dice que, ¡oh milagro!, el día de hoy tienen una oferta especial y le bajan el precio dramáticamente. Pero eso sí, tiene que ser hoy, ya, en este momento porque "esto se va como pan caliente, de todos modos ahí tiene su tarjeta y con extrafinanciamiento lo que tiene que pagar por mes es ridículo" (claro, sin tomar en cuenta otras tres cifras mensuales - cuota de mantenimiento, mensualidades del saldo y asociación a una empresa de intercambios internacionales - a las que no le dan ninguna importancia pero que, sumadas, conforman una cifra considerable cada mes).
Si usted tiene un poco de cerebro y no es un típico tico al que le da pena decir que no, lo peor que dice es: bueno, lo voy a considerar. "¿Cómo que lo va a considerar? ¿Usted no entendió que tiene que ser YA? Es por su familia. Sus niños no lo van a amar si usted no lo hace. ¡Hágalo por ellos! Voy a llamar a mi gerente a ver si le puede hacer un preciecito." No mire, dice uno, muchas gracias pero por ahora no deseo adquirir este plan. ¿Por que no me regala la "cortesía" que vine a retirar y me voy tranquilito? Y aquí viene lo mejor: además de la actitud tipo "es usted un muerto de hambre" que asume el ejecutivo que hace cinco minutos era un dechado de amabilidad, usted recibe una "cortesía" en un hotel diferente al que le ofrecieron al inicio o una cortesía con todo tipo imaginable de restricciones: no puede ir los fines de semana, sólo entre semana, para aplicar el certificado se debe adquirir el plan de alimentación todo incluido, este es un programa de cupo limitado, etc.
Ya sé que todo esto debe estar sonando muy abstracto, por lo que paso a dar ejemplos concretos. Para promocionar su plan, el Hotel Condovac la Costa le llama a usted y le dice que se ha ganado un fin de semana en el hotel Condovac la Costa y que para retirarlo debe asistir a la susodicha explicación y llevar su tarjeta de crédito. Terminada la explicación, dos horas después, y teniendo que soportar las caras largas, y ahora poco amables, de quienes lo atendieron, le entregan un certificado de hospedaje en el Hotel Sol Playa Hermosa. Uno dice "Pero la cortesía era en Condovac la Costa y no en el Sol Playa Hermosa (que como todos sabemos es bastante inferior y completamente diferente). "Lo sentimos, pero se nos acabaron las de Condovac" es la respuesta que usted recibe. Cuando usted trata de hacerles ver que usted cumplió más que satisfactoriamente con su parte del "trato" que era asistir a una explicación de 20 minutos, le dicen que no hay nada que puedan hacer y dan por terminada la reunión.
Otro ejemplo es Caribbean Village
Fiesta. Le llaman diciendo que usted "es el dichoso ganador"
de un fin de semana en las instalaciones del hotel y a una cena en el restaurante
Il Gatto, en la Sabana, para dos personas. La historia es la misma que en
el ejemplo anterior, con la diferencia que esta vez usted ya tiene la malicia
de preguntar con antelación, y bueno ¿La cortesía es
en el hotel Fiesta, Fiesta o en las cabinas del frente? Con un poco más
de información, usted acude a retirar su "premio". Dos horas
después uno dice (esta vez con sinceridad) en realidad el plan suena
bien pero no lo quiero adquirir YA porque me siento presionada y eso no me
gusta". Le dan un certificado y usted tiene que "recordarles"
que también le habían regalado una cenita. Se va muy contento
con su "cortesía" del Hotel Fiesta (de verdad) y cuando llega
a su casa se sorprende negativamente al leer las condiciones: Su fin de semana
se ha convertido en tres días, dos noches de domingo a jueves, su estadía
está condicionada a que adquiera el paquete de alimentación
todo incluido, que le cuesta $41 a $45 por adulto y $25 por niño (mejor
elige un hotel que realmente le guste y va a pasear por el mismo precio de
esta "cortesía", que al fin y al cabo le sale constando más
o menos $280 por dos adultos y dos niños), el cupo es limitado, etc.
De nuevo, usted ha cumplido con su parte y ha recibido algo completamente
diferente a lo que se le prometió por su tiempo.
Señores, a nosotros nos encanta pasear, tanto dentro como fuera del
país, y gracias a Dios tenemos las posibilidades de hacerlo con mucha
frecuencia, por lo que conocemos los precios de los hoteles en diferentes
temporadas, las actividades que se ofrecen, el tipo de alimentación
que brindan, etc. De la promoción de estos planes vacacionales nos
molesta sobremanera que:
Nos alentaría saber que en este país existe una ley que ponga freno a estas prácticas engañosas, mezquinas y poco profesionales, y que el público pudiera estar al tanto de lo que está pasando. Una cosa es decir "Somos los Mejores" y otra es demostrarlo con hechos. ¿Quién va a querer comprometerse por 15 años o de por vida, en un plan vacacional, con una entidad que ni siquiera es capaz de mantener su palabra en una cosa tan simple como un certificado de hospedaje por un fin de semana? Ciertamente nosotros no.
Muchas Gracias y esperamos que estas palabras no se las lleve el viento.
Atte,
Rita Albertazzi B.
Richard James Gregory
Quieres responder a alguna queja en el sitio
como representante, entonces necesitas utilizar este formulario.