Renault Plaza Mayor apesta

Soy un testigo más de la mediocridad de Renault y me he animado a escribir estas líneas para desahogarme un poco de la pestilencia de Renault León.

En el mes de julio tuve la desdicha de que un joven ebrio impactara mi vehículo Renault Scenic 2004, al negarse la compañía de seguros a declararlo pérdida total y optar por la reparación creyendo en toda la publicidad de Renault, estuve de acuerdo siempre y cuando se autorizara que fuera reparada con el distribuidor Renault (ese fue mi más grave error y empezó mi calvario).

Por principios de cuenta entre el vigilante y el grullero perdieron mis dos llaves saliéndome el chistecito en $1,500.00 (Un mil quinientos pesos 00/100 m.n.). Tardó 2 meses la reparación de la hojalatería, y nunca fui atendido en innumerables llamadas para informarme del avance. Un día me presente en la agencia Renault para ver el bañase del vehículo, y me llevé la sorpresa que no lo estaban reparando ahí, y tampoco me quisieron informar en dónde estaba el carro.

Después de mil vueltas (de Irapuato a León) me entregaron el vehículo y a los pocos kilómetros de la agencia Renault, traía un ruido extraño en los amortiguadores, las velocidades se trababan y las puertas traseras no abrían con el automático; al reclamar el pésimo servicio me dijeron que tenía que hacer cita (yo no estaba pidiendo servicio, sino exigiendo una garantía por el pésimo control del calidad al entregar un trabajo).

Cuando por fin me recibieron nuevamente el vehículo, tuve que llamar en varias ocasiones para que me dieran el diagnostico de las fallas y en venganza el jefe de taller el Sr. Fernando Maldonado, le reportó a la compañía de seguros que los problemas que traía el carro no se debían al accidente, sino que eran fallas naturales del desgaste de las piezas, (yo me pregunto: qué carros tan chafas hace la Renault, que con 20,000 Km. De recorrido y dos años de uso, sus chapas y su chicote de caja de transmisión ya no sirven?).

Esto ocasionó que esta segunda reparación del pésimo trabajo de la Renault de León, tuviera que pagar una parte en vez de cubrirlo el seguro. Ah, pero eso sí, en todo infierno hay un ángel, la Srita. Erika se desvivía de amable, de atenta, pero quizá no tenga la jerarquía de mando porque nunca me resolvía nada.

La próxima vez que usted este pensando en comprar un carro, píenselo tres veces antes de decidirse por un Renault, no se deje engañar por la falsa publicidad televisiva y no sea que en una de esas le toque vivir una pesadilla como me sucedió a mi.

Enviado por: - Un usuario/a de Apestan.com-